Pocas figuras de renombre tomaron la salida en la Vuelta a España de 1980. Así, la posibilidad de victoria quedó abierta a un buen número de corredores, todos ellos buenos ciclistas pero ninguno con la consideración de estrella. Entre los extranjeros destacaban Kelly, Pollentier, Criquelion o Visentini; entre los españoles, Miguel Mari Lasa, Rupérez, Arroyo, Juan Fernández, Galdós, Torres o Martínez Heredia.
Mientras el irlandés Kelly se imponía en las dos primeras etapas en línea, era Roberto Visentini quien llevaba, desde su victoria en el prólogo y por cinco días consecutivos, el maillot amarillo a sus espaldas. El italiano perdió su condición de líder en cuanto la carretera se inclinó hacia arriba. Faustino Rupérez, que llegó en solitario a la meta, fue el vencedor de la primera etapa de montaña, que discurrió entre San Quirze del Vallés y Seo de Urgel. Aupado al liderato tras esta victoria, Rupérez ya no cedió la primera plaza. Incluso se impuso en la jornada que llegaba a Jaca, demostrando que era el ciclista en mejor forma.
Aunque finalmente aventajó al segundo, el "kelme" Pedro Torres, en más de dos minutos, Rupérez estuvo a punto de perder la Vuelta en la penúltima etapa, la ya clásica de la sierra madrileña. Torres atacó en la subida al puerto de la Morcuera, ataque al que Faustino no pudo responder. Afortunadamente para él, contó con la ayuda de M. M. Lasa, quien le llevó a rueda y le permitió enlazar con Torres a mitad del alto de Cotos.
En cuanto al resto de participantes, sobresalieron Sean Kelly, cuarto en la General, y el llorado Juan Fernández, vencedor de la Montaña. Además, dos jóvenes empezaban a dejarse ver: Marino Lejarreta, quinto en la General, y José Luis Laguía, tercero en la Montaña.